Memoria, Lucha y Organización para la Vida Digna
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Desde el Movimiento Solidario Vida Digna de San Joaquín reconocemos que la memoria es fundamental para las de abajo; nuestra historia, como clase oprimida, la contamos y vivimos a partir de no olvidar la violencia de la clase dominante. Por eso, conmemorar el 11 de septiembre es reconocer cómo los de arriba se han coordinado para imponer (a sangre, tortura, desaparición y muerte) su modelo social, político y económico, y cómo después de su imposición violenta se han sostenido con la apropiación de nuestra labor, con la explotación de nuestros cuerpos y territorios, con la precarización de nuestras vidas.
Pero así como recordamos la violencia ejercida contra nuestra clase, también recordamos y evocamos la valentía y solidaridad de los pueblos que luchan y resisten. Nuestra gente supo hacerse amiga de la noche y nos enseñó a caminar y avanzar en cualquier circunstancia, la memoria de esas experiencias de lucha viven en cada espacio organizativo que levantamos, porque nuestra es la creatividad, la solidaridad y todo lo que la vida realizada en comunidad pueda oponerse a la muerte. Por eso, hoy nuestras consignas son:
Seguimos luchando por una vivienda digna:
Como lo hemos analizado desde los comités de vivienda, la dictadura trajo para las familias pobladoras, el desplazamiento forzado hacia las periferias de la ciudad y a zonas donde no llegaban los servicios básicos. La concepción de ciudad que impulsó la dictadura estuvo marcada por la privatización, el lucro, la segregación y el modelo subsidiario, es decir, por todo aquello que constituye el proyecto de ciudad neoliberal que aún hoy padecemos y que prioriza el negocio inmobiliario por sobre el derecho a una vivienda digna. Hoy nuestras familias siguen en el allegamiento, sufriendo a causa del desplazamiento que trae consigo la especulación del suelo y que nos obliga a buscar una vivienda en donde sea, así esto implique más horas para llegar a los lugares de trabajo y vivir lejos de nuestras familias y redes de apoyo. La herencia de la dictadura es precarización y ciudades que se construyen a la medida de los intereses de las grandes constructoras, por eso, hoy seguimos luchando por una vivienda digna para las familias pobladoras y una ciudad para la vida en comunidad.
Seguimos luchamos por una vida libre de discriminación y violencia:
Las disidencias sexuales y de género también fueron asesinas y torturadas en dictadura, solo que no hay registro de sus muertes, ya que, muchas se hicieron pasar como peleas callejeras entre civiles y no como asesinatos perpetuados por los milicos. Asimismo, se les obligó a esconderse y a fingir una vida marcada por la heteronorma; ser trans, lesbiana o gay no estaba “prohibido” porque ni siquiera se consideraba su existencia, lo que no impidió que sufrieran humillaciones, torturas y asesinato, se les sacaban de sus casas o se les apresaba en la calle: a las mujeres por usar pantalones y a los hombres por llevar el pelo largo. Aunque han pasado 52 años desde el golpe militar, hoy a las disidencias las siguen discriminando por la vestimenta, les niegan un trabajo y que puedan expresarse libremente, se les castiga por ser disidentes y pobres, condenándoles al olvido, a trabajos precarizados y a innumerables barreras para el acceso a derechos básicos. Hoy les recordamos y no olvidamos que en la dictadura tuvieron que esconderse, vivir en la pobreza, olvidadas y con vidas ajenas.
Seguimos luchando por vida digna para las migrantes:
En estas fechas, recordamos a aquellas personas que se vieron forzadas a alejarse de sus hogares a causa de la persecución y/o la precarización, que terminaron, como muchas, repartidas en el mundo. Quienes lograron atravesar las fronteras se convirtieron en refugiadas políticas, algunas también sufrieron la persecución del Estado chileno incluso en el exilio. Quienes no lograron salir del país o decidieron quedarse fueron, en su mayoría, asesinadas o desaparecidas. Hoy, muchas de las migrantes en Chile comparten la condición de refugiadas, otras tuvieron que salir de sus países de origen para huir de la precarización de la vida, que también es una forma de violencia política, por eso, hoy reconocemos que los pueblos oprimidos han migrado desde siempre y desde siempre la respuesta ha sido la solidaridad de clase y el internacionalismo.
Si nuestras hermanas de Chile sangran, también sangramos; si al pueblo mexicano le niegan el techo, nosotras dormimos a la intemperie; si al compa venezolano se le niega la comida, nosotras también sentimos su hambre; si a la hermana mapuche le arrancan su tierra ancestral, nosotras defenderemos la tierra junto a ella. Estamos hermanadas en la resistencia y en la lucha de nuestros pueblos, la misma que le hizo frente al golpe del 11, a la masacre de Iquique en 1907, a la de la Bananeras en 1928, a los golpes del 31 de marzo (Brasil), del 27 junio (Uruguay), del 24 de marzo (Argentina), entre muchos otros. Que las conmemoraciones sean un espacio para la memoria y que podamos acabar con este sistema de muerte que quiere engañarnos creando espejismos de ver al enemigo en nuestras propias hermanas.
Finalmente, no quisiéramos terminar este comunicado sin reconocer que el mejor homenaje que podemos hacer es seguir organizándonos para conseguir aquello por lo que luchaban quienes ya no están. La convicción de seguir luchando nos junta en cualquier barrio popular de Santiago o incluso de América Latina, es la misma convicción que da calor a nuestras ollas comunes, que potencia el apoyo mutuo entre vecinas y que nos llena de fuerza para decir fuerte y claro:
¡Arriba las, les y los que lucharon!
¡Arriba las, les y los que luchan!
Movimiento Solidario Vida Digna – San Joaquín