Los terrenos sin uso para las familias sin casa

Esta publicación cuenta con una grabación, puedes reproducirla aquí.

Hace más de un año venimos levantando está consigna y aún sigue vigente, la especulación sobre el valor del suelo y su relación con el negocio inmobiliario, que ha adquirido la mayor parte de los terrenos con destino habitacional, ha llevado a las familias de los sectores populares y más precarizados a salir de sus comunas de origen por alguna de las siguientes razones

  1. El elevado costo del suelo (más de 20uf el m²) en las comunas colindantes con el centro de la ciudad, imposibilita su adquisición con el subsidio base del DS 49 destinado para este fin, generando que, para que sea viable su adquisición, las familias postulantes deban generar ahorros exorbitantes que, en el caso de la comuna de San Joaquín, van desde los $5.000.000 hasta los $7.000.000
  2. Los pocos terrenos disponibles en comunas que no son del extremo sur de Santiago o ya han sido adquiridos por inmobiliarias o no son aptos para uso habitacional.

Sumado a esto, el plan de emergencia habitacional, bandera del actual gobierno, no ha logrado cumplir con las metas trazadas, en su último informe sobre los avances del PEH en la Región Metropolitana se encontraba en un 58%, lo que significa que en lo que resta de año se debe avanzar en el restante 42%, cifra que parece imposible de alcanzar en tan poco tiempo.

Creemos, entonces, que para avanzar lo más rápido posible en dar soluciones habitacionales a las familias sin casa, en particular de la zona sur, donde se concentra la mayor parte del déficit habitacional se debe poner a disposición los terrenos existentes en Platina y Antumapu para nuevos planes maestros o megaproyectos sumados a los que ya se han llevado a cabo, que puedan responder a las necesidades de los sin techo de comunas como San Ramón que no han podido encontrar terrenos adecuados o de San Joaquín de donde ya fueron excluidas muchas familias de los proyectos municipales por no poder ahorrar lo solicitado.

Finalmente, reconocemos, que no basta con resolver parte del déficit habitacional, es necesario transformar el modelo actual de exclusión y expulsión, cuestionar el negocio que hay alrededor del suelo, las inmobiliarias y la especulación y, porque creemos que un proyecto de vida digna no avanza sin garantías de un techo, exigimos que los terrenos sin uso sean destinados a las familias sin casa.

¡Por la vida, por un techo la vivienda es un derecho!

¡Morir luchando sin casa ni cagando!

Arriba las pobladoras que luchan y se organizan

Arriba las y los que luchan

Movimiento Solidario Vida Digna
Por un megaproyecto en la zona sur.